Modelo Cimático Global


En la actualidad la comunidad científica internacional da por seguro que en las últimas décadas se está produciendo un cambio climático ocasionado por las actividades humanas, esencialmente a través del aumento de los gases de efecto invernadero en la atmósfera y la transformación en los usos del suelo. A nivel local sin embargo este cambio puede tener diferentes manifestaciones y consecuencias.

El avance en el conocimiento de la dinámica del clima terrestre es uno de los principales retos con que se enfrenta la ciencia actual. No solo porque se trata probablemente del sistema dinámico más complejo que se conoce, sino también por las evidencias de que algunas actividades humanas están modificando la evolución natural del clima y podrían llegar a provocar significativas alteraciones a lo largo de las próximas décadas (IPCC, 2007).

Uno de los aspectos relevantes en los estudios del efecto del cambio climático son los modelos climáticos globales, utilizados como una herramienta de investigación para estudiar y simular el clima para diversas aplicaciones. Los modelos climáticos globales son la mejor herramienta para proyectar escenarios probables de alteraciones climáticas para el futuro, permitiendo que se simulen probables escenarios de evolución del clima para varios contextos de emisiones de los gases de efecto invernadero. 

Los modelos climáticos globales son capaces de reproducir matemáticamente de una forma adecuada los principales procesos que ocurren en los cinco componentes del sistema climático: Atmósfera, océano, criosfera, geosfera y biosfera. Consisten en enormes programas informáticos, que se ejecutan en los superordenadores más potentes, con los que se resuelve numéricamente un numeroso conjunto de ecuaciones que expresan las leyes y principios de la Física que gobiernan el sistema climático terrestre (McGuffie and Henderson-Sellers, 2005). Estas técnicas implican dividir tanto la atmósfera como el océano en celdas tridimensionales dentro de las que se resuelven las ecuaciones diferenciales.


La fiabilidad de los modelos climáticos se suele valorar analizando: (a) Su destreza para reproducir el clima presente, (b) su habilidad para simular los cambios climáticos observados en las últimas décadas y (c) el grado de acuerdo entre las proyecciones de cambio climático futuro que ofrecen (Raïsänen, 2006). 

Así, se puede comprobar que los modelos climáticos globales son capaces de reproducir bastante bien la distribución a gran escala de las principales variables climáticas, que simulan de forma muy aceptable los grandes rasgos del cambio climático observado y que una gran parte de ellos coinciden cuantitativamente sobre muchos aspectos del cambio climático futuro (AchutaRao et al., 2004; IPCC, 2007). 

No obstante, a escalas espaciales pequeñas se perciben algunas diferencias entre observaciones y resultados, así como discrepancias entre los propios modelos globales. Principalmente, esto se atribuye a su baja resolución espacial, que trata de paliarse con la aplicación de modelos climáticos regionales más detallados, así como a ciertas parametrizaciones físicas usadas para simular el efecto de procesos de escala más pequeña, que precisan un mejor ajuste. 

Este conjunto de debilidades de los modelos climáticos no invalida la valiosa información que ofrecen, pero obliga a tratarla acompañada de una cuantificación objetiva sobre su inherente grado de incertidumbre, para lo que ha de utilizarse un conjunto o “ensemble” de modelos (Colins, 2007).


En este video verás cómo los Modelos Climáticos Globales proyectan el clima futuro. 


Comentarios

Entradas populares de este blog

El efecto invernadero

Por qué el mar es azul

¿Por qué el cielo es azul?

Cómo se pronostica el tiempo